martes, 27 de diciembre de 2022

¡He vuelto!... a caer otra vez.

Son las 12:49 y ya no tengo 22 años, tengo 32, dejé atrás aquella amistad desgastante con el chico que no sabía que elegir para vestir o besar, pasé por mucho y pasé encima de muchos. Hace tiempo que no escribía pero si pensaba en hacerlo porque así soy yo, una chica de palabras.

Los pensamientos pasan por mi cabeza como balines de paintball, duele, duele mucho cuando se estrellan en mis sentimientos. Zumban las emociones y golpean los momentos de paz a los cuales pobremente puedo acceder desde que tengo uso de razón. 

Quiero contarles todo pero as usual no sé cómo empezar ¿Dónde lo dejé? ¿Soy la misma persona? Sí, tal vez lo sea porque hasta mi aspecto es el mismo de siempre entonces ¿Qué es lo diferente? Quizás que en esta temporada se agravaron los episodios filosóficos mortales y se recortaron aquellos llenos de confeti.

Ojalá que puedan pasar por aquí y leer esto que escribo porque hasta el momento me parece brillante, prometedor esto de exponer mis sentimientos porque ya llevo haciéndolo aunque de manera diferente. Ha pasado mucho y ya no existe el messenger, tampoco ya nadie habla por Facebook chat ahora todo se reduce a Whatspp y así pues he estado soltando todo mi mundo a personas random.

Es como una ruleta rusa, un día decido ¡pum! Matar a alguien de aburrimiento con mis cosas, con mis inquietudes y al otro decido alejarle, alejarme, desaparecer para luego volver  y ¡pum! ¡Pum! Sacar lo que llevaba atorado como si eso fuera sano pero ahora que he vuelto por aquí quizás pueda volverme una brillante escritora o dejar de molestar a quien no me lo pide. 
Un blog extraño sobre las ficciones reales de la vida cotidiana
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