domingo, 1 de noviembre de 2009

la mano en la Oscuridad (una historia triste)

"la felicidad tiene la forma de muchas manos estrechándose, muchas manos juntas estrechándose"


1


Ella estaba como dormida. Y un halo de miedo le rodeaba, haciéndola cada vez mas lejana. Su mano caía aun lado como suspendida en el infinito. No caía, no se movía, pero parecía tener vida propia y querer alcanzarlo. La sola presencia de su mano, tan cerca de el, le oprimía el pecho, como si esa mano estuviera pidiendo algo mas de lo que el podría darle. Se sentía culpable de no querer estrechar esa mano huérfana, se sentía un escoria porque el la llevo al limite y ahora estaba ahí, representando el papel de bella durmiente.


Se apago la luz. En la oscuridad alguien le dijo que debía irse, el asintió sin darse cuenta porque parecía que tantos días ahí, lo habían hecho ser parte del decorado. Levanto su alma antes que su cuerpo y entonces ella abrio los ojos lentamente y sonrio.


- Dame la mano- dijo. Cada una de las palabras fueron como un latigo. Su corazon empezo a romperle el pecho, su cabeza estaba estatica y el atrapado en un momento incomodo


- dame la mano...por favor....tengo miedo- dijo, su voz no era la misma, el no era el mismo. 
Su mano se alzo hacia el y ahi se quedo.


Nadie respondió, nadie sujeto ninguna mano. Las palabras quedaron en el aire y un corazón se apago, mientras la puerta se cerro para no volver abrirse nunca mas. Las luces no se prendieron, su mano vacia se quedo tan triste como su mirada de ojos cerrados que no volvería abrir.


la mano continuaría esperando en la oscuridad, su corazón ya no latía, ella ya no respiraba, pero aun esperaba que alguien la cogiera para que no la dejaran caer. Tenia miedo, de estar sola en un lugar sin luz, solo quería: Un tranquila pequeña, tranquila. 


Afuera llovia, pero el sol brillaba y las personas reian. Ella estaba sola en un lugar sin luz, con la esperanza en una mano abierta, con la vaga ilusion de que alguien la estrechara para no irse.
nadie la sostuvo, nadie llego a oir: 
- Te quiero- 


La dejaron ir, sin decir adiós.








2


habia corrido  sin parar. Cuando se detuvo, supo que ya era tarde, no podia volver. Una mariposa volo y se alejo. Eran las 12:30, era invierno y a ella le gustaban las mariposas.


Comenzo a llorar.


No se movio del lugar a donde habia llegado, no noto que era el jardin de una casa, solo se quedo ahi, sin saber  que hacer, solo lloro. Ella solo quería estrechar su mano, para decir adios y el huyo. El no queria dejarla ir, no queria. Si el volvia, quiza ella todavia estaria sonriendo, si el regresaba ahora ella ya se habria ido.


Regreso.


- Yo tambien te quiero- dijo. Nadie lo oyo.


Estaba solo.

1 comentarios:

Jimmy dijo...

Más que solos, parecían estar muertos y muy muertos de verdad.

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